viernes, enero 29, 2010

El desgaste inevitable

Los gobiernos no son eternos. De hecho, casi nada en este universo lo es, ni siquiera el mismo universo. El desgaste es inevitable. Y creo que en nuestro gobierno ya se notan los síntomas de años de promesas incumplidas, de desaciertos, de medidas y recules. También han sido años de algunos logros, no hay que ser mezquinos. Logros algunos muy importantes.

Con los años la gente va haciendo balances personales. Muy pocos ven la escena completa. La mayoría vemos el impacto de la política en nuestro entorno cercano. ¿Vivimos mejor? ¿más seguros que antes? ¿comemos mejor? ¿tenemos mejor acceso a la salud y la educación? y pare Ud. de contar. Muchas preguntas que todos nos vamos haciendo a medida que nuestro histriónico presidente habla y habla en sus incontables cadenas y alo presidentes.

¿Pero qué tanto es ese deterioro en el apoyo popular a nuestra peculiar revolución? ¿de verdad el hombre está que cae como dicen algunos analistas de botiquín?

Mi particular opinión es que si bien es cierto que el hombre ha acusado castigo con el tema de la inseguridad, la inflación, los bancos intervenidos, la devaluación y la crisis eléctrica, todavía su apoyo popular es gigantesco. Todavía muchos centran sus esperanzas en un país mejor en este militar que a veces parece que nos gobierna de manera improvisada por sus continuas rectificaciones y cambios en el bullpen.

Lo de RCTV es el más reciente capítulo de este proceso de deterioro. La gente de oposición cree que defender a RCTV y armar un escándalo es suficiente para voltear el apoyo de esa inmensa masa chavista. Y yo como siempre les digo que están inmensamente equivocados. La derrota del chavismo no está en las manos blancas, ni en las manifestaciones estudiantiles, ni en escándalos mediáticos. La derrota hay que fraguarla en el calor de las calles de todos los barrios de nuestro país. Construirla entendiendo al país marginado. Construirla en llevarles soluciones viables, creíbles, posibles, y sobre todo, entendibles por todos nosotros.

Y para eso hay que hacer política al viejo estilo. Hay que hacer algo parecido a lo que hizo el mismo Chávez, hay que recorrer al igual que él todos los rincones de nuestra geografía. Hablar con la gente, entenderla, sentirla.

¿Alguien está haciendo esto? Yo tengo mis dudas.