Librepensando

Una de las cosas que siguen sorprendiéndome de esta revolución bonita es la forma en que le lavan el cerebro a la gente que ocupa algún cargo. No lo digo de mala fe, sino que a veces la gente mal interpreta las cosas y pasa de aquella actitud crítica de todo buen revolucionario a la actitud sumisa del que ya no es capaz de disentir.

Y lo digo porque una persona que leyó quien sabe que carrizo en este blog se horrorizó que un "escuálido", como supuestamente le parezco yo, fuera a dar clases de astronomía en una escuela bolivariana. Según esta persona yo les iba a infundir odio a los niños porque era un golpista y que eso no se podía permitir.

Menos mal que no me lo dijo a mi directamente sino a uno de mis socios, quien la convenció de lo contrario llevándo a esta persona a una computadora para que le mostrara lo que supuestamente le hacía pensar que nosotros le íbamos a inculcar odio a los niños. Afortunadamente no pudo encontrar nada y la actividad la llevamos a cabo sin problemas. Pero ahí le quedó la espinita. Dudo mucho que nos vuelvan a llamar.

Si alguien me puede acusar a mi de algo es de librepensador. Estoy en contra de los dogmas y los fanatismos. Soy escéptico de naturaleza, y eso simplemente hace que siempre esté pidiendo evidencias que apoyen argumentos. Y discusiones libres de falacias lógicas. Dejando siempre claro que un escéptico siempre está abierto a cambiar de opinión siempre que las evidencias presentadas sustenten ese cambio de opinión.

Y creo firmemente en el valor de disentir, en que la sociedad debemos transformarla no solo para que sea tolerante con las minorías sino que promueva la disensión y el pensamiento crítico.

Se me arruga el estómago cada vez que pienso en el fanatismo al que pueden llegar algunos.