Creo que es bueno reactivar el blog. De alguna manera uno puede seguir contando lo que sucede viviendo en Venezuela, sobre todo en tiempos en que mucha gente está decidiendo emigrar. Son tiempos difíciles en verdad, pero las circunstancias de cada uno de nosotros es distinta y eso determina las decisiones que pudiéramos tomar en un momento determinado. Algunos se van, pero otros nos quedamos. Ambos grupos por razones muy pero muy diversas. Los que se van se enfrentan a un cambio radical de vida, de ambiente, grandes retos. Los que nos quedamos seguimos luchando por tratar de crear un país mejor para nuestros hijos, de alguna manera, o simplemente porque no tenemos como irnos. Hay de todo.
Yo creo que mis razones de quedarme o de irme van cambiando a medida que el tiempo pasa. A veces provoca mandar todo al carajo. A veces da miedo que la inflación y la devaluación destruyan planes con la facilidad como una ola disuelve un castillo de arena. A veces también nos llena de mucho temor, que a veces raya en el terror, el clima de inseguridad que vivimos, expresado en cosas que le pasan a familiares, a gente conocida, a vecinos.
Hay gente soñadora en nuestro país. Muchos queremos algo mejor. Muchos creen que ya tenemos algo mejor. Creen que para lograr beneficios sociales tenemos que caer en este primitivismo político en que nos hemos hundido. Militarismo, autoritarismo, mediocridad, impunidad y corrupción. Se prefiere mantener en el poder a toda una clase política corrompida y que lo que hace es administrar a su antojo la renta petrolera a cambio de programas sociales de dudosa estabilidad y permanencia en el tiempo. Cortoplacismo mental creo yo. Y no está mal tener programas sociales, lo malo es tenerlos a cambio de condenar el crecimiento económico y de sacrificar la diversidad de opiniones que debe tener una sociedad madura. Tenemos una sociedad sin debate y entregada a sobrevivir el día a día y esperar la limosna de alguna misión. Y no es que no estemos de acuerdo con programas sociales como esa de "regalar" viviendas por ejemplo. El problema es que la gente NO pueda comprarse una a su gusto, no hay manera de hacerlo. Y entrecomillo el verbo regalar porque en realidad no le otorgan título de propiedad a nadie aunque le vendan a los incautos que si.
Seguiré pues soñando y opinando. A modo de catarsis tal vez.
1 comentario:
Excelente verlo de regreso
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