jueves, enero 28, 2016

El estado de las cosas a esta fecha, o la soberana torta...

Cada año estamos acostumbrados a que los gobernantes hagan sus acostumbrados discursos de "memoria y cuenta" ante el pueblo que los eligió. Los gringos llaman a eso por cierto "el estado de la Unión", cosa que también ellos hacen cada enero.

Enero es pues un bueno momento para reflexionar sobre el estado de las cosas. Y yo escribo estos comentarios míos con la esperanza de que algún compatriota en el extranjero los lea y se informe de manera directa de como están las cosas en nuestra querida patria. A ellos es que entonces les digo que la vaina está muy pero muy seria. Mucho peor de lo que se puedan imaginar.

Los problemas actuales de nosotros los ciudadanos normales y corrientes de Venezuela creo que podemos resumirlos en tres: Inflación (la más alta del planeta según tengo entendido), Inseguridad (cosa que es difícil imaginar aún viendo películas de estas apocalípticas) y Escasez (también inimaginable para alguien que vive en cualquier otro sitio).

Sobre la inflación solamente les puedo comentar que simplemente lo que uno gana no alcanza para nada. De vaina que para comer y cubrir alguna que otra emergencia sencilla. Nada de cosas como reparar el carro, y mucho menos una enfermedad de alguien en la familia. Un sueldo mínimo alcanza para algo así como 6 kg de cebollas, o cuatro pollos asados, imagínense Uds. el resto.

El tema inseguridad es también dantesco. No solamente hay que andar tomando medidas extremas contra el hampa común y el hampa organizada sino también hay que cuidarse de los cuerpos policiales a los que les gusta todo el tiempo andar martillando a todo el mundo a toda hora. Estamos realmente indefensos. Conozco gente que paga vacuna para que no les maten los hijos, gente que tiene que pagar en la carcel un "seguro" para que no les roben el carro, y para que se den una idea creo que NO conozco a NADIE que no hayan atracado o que le hayan robado algo. Ni los niños en las escuelas se salvan. A veces creo que vivo en un país de ladrones.

Lo de la escasez es sencillamente inimaginable. Diariamente veo las gigantescas colas y congestionamientos en todos los supermercados y establecimientos de venta de comida o de medicinas. La gente desesperada por comprar lo que sea, bien sea para uso personal o para usarlo de reventa en el mercado negro. Conseguir cosas como leche o cosméticos es una tarea titánica. Y lo de las medicinas es sencillamente criminal, ni en el mercado negro se consigue nada.

El estado de las cosas es en resumen una soberana torta. Me sigue sorprendiendo cuando alguien me dice que sigue siendo chavista a pesar de todo. Pero no me sorprende eso, lo que me sorprende es que yo no le rompa el hocico de un carajazo.