lunes, septiembre 19, 2011

¿Qué carajo nos pasa?

La historia se repite una y otra vez a lo largo de nuestra geografía. No es una historia curiosa o rara, es ahora algo común y corriente. Tan común que ya no nos extraña. Nos hemos convertido en indiferentes testigos de una sociedad cada vez más descompuesta. De una sociedad no con signos de una incipiente enfermedad con posibilidad de cura, sino con síntomas de algo grave y quizás incurable. Dicho en criollo, algo se jodió en este país y estamos muy pero muy mal.

Oído de unos amigos este fin de semana. El cuento, de la vida real como se suele decir, lo narra un amigo refiriéndose a un amigo militar que recién sufrió un accidente de tránsito de mediana gravedad. El militar se dirigía a una fiesta cuando por razones no muy claras perdió el control de su carro y terminó estrellándose contra unos postes de una avenida de mi ciudad. El accidente fue tan aparatoso que el amigo militar quedó atrapado entre los hierros retorcidos del vehículo. Inmediatamente otros conductores que presenciaron el accidente llaman a una patrulla de la policía local que acude a prestar auxilio y coordinar el tráfico. El militar aunque atrapado en su carro sin poder moverse, está perfectamente despierto y consciente de lo que ha ocurrido. Ve que los policías vienen supuestamente a ayudarle. Pero, como este país se lo llevó quien lo trajo la cosa no es así. Los policías al verlo ensangrentado piensan que está inconsciente y tratan de quitarle el anillo de graduación que el militar porta. Oro es oro así que hay que quitárselo supongo que pensaron los policías. Cuando ven que el anillo es de la academia militar un policía le dice al otro que busque la pistola que en algún lado debe estar. No estaba, el militar iba a una fiesta y pensó que mejor dejaba el arma en casa. Cuando ve que los policías lo van a robar pues no le queda más remedio que apelar a la discusión con los policías ladrones, les dice que conoce a fulano que también es policía por lo que estos deciden no robarlo porque es amigo de un pana. Llegan los bomberos y una ambulancia con paramédicos que se llevan al militar al hospital. El militar ya prevenido pero casi desmayado por la pérdida de sangre casi que se aferra con todas sus fuerzas a su billetera. Pues para nada... los quinientos bolívares que llevaba se lo roban los paramédicos de la ambulancia cuando por momentos perdió el conocimiento.

 ¿Este es el país de los ladrones o no es así y todavía hay esperanza?

domingo, mayo 29, 2011

Nubes lenticulares


(click para agrandar)

La época de lluvias a veces nos traen bonitos paisajes mañaneros. Los vientos alisios cargados de humedad del mar Caribe se elevan en la Cordillera de la Costa y originan estas nubes con forma de lente. Es como si una ola invisible pasara por encima de las montañas, en la estela de esta ola, debido a la baja presión atmósferica, se forman estas curiosas nubes.

La foto es del pasado viernes en La Encrucijada cerca de las 6 am.

sábado, febrero 19, 2011

Los brillantes



Tengo que vivir con este concepto de países. Una idea bastante primitiva pero es así como estamos organizados en este pequeño planeta. Comunidades algo grandes de individuos comparten una región geográfica, una historia y un montón de otras cosas que llaman "identidad" para conformar países. Algo que supongo que en el futuro dejará de tener sentido. Cuando las distancias geográficas terminen de desaparecer gracias a la tecnología y cuando nuestros genes terminen tan mezclados que se haga muy difícil diferenciar a alguien nacido en Asia de otro nacido en Africa.

Mientras eso no ocurra seguiremos organizados en países, en naciones. Es algo como equipos compitiendo unos con otros en áreas pacíficas algunas y otras no tan pacíficas. Y mi equipo es esto que llaman Venezuela. Lo peor es que no es una opción. No tenemos la libertad de elegir el equipo la mayoría de las veces. Puede que uno con el tiempo decida emigrar y cambiar de equipo, pero esto para la mayoría de personas de este planeta no es posible, ni nunca lo será. Integrarse al equipo donde uno nació suele ser la opción más adecuada y razonable.

Por eso es que uno todo el tiempo debiera pensar en la dirección de este equipo del cual uno forma parte de manera casi irremediable. Uno quiere que su país "progrese". Y para mi el "progreso" es bienestar para todos los integrantes del país. El bienestar es algo que se mide con muchos parámetros. No soy especialista en el tema ni mucho menos pero al menos se que tiene que ver conque tengamos acceso a servicios de salud de razonable calidad (cosa que no tenemos), servicios públicos también razonables (pues tampoco), y que podamos llevar una vida fructífera y sana llena de un trabajo digno y de tiempo de calidad con la familia y amigos (cosa que algunos pueden y otros ni tanto). Para lograr todo esto hace falta generar riqueza. Y no me refiero a riqueza como esas comiquitas donde nos muestran a Rico McPato nadando en una bóveda llena de monedas de oro. La riqueza no es más que crear bienes y servicios que otros quieran de nosotros. Y como estoy hablando de países pues me refiero es bienes y servicios que otros países quieran de nosotros. Hasta ahora lo que han querido de nosotros no es más que petróleo crudo y algo de hierro y aluminio. Pero más nada.

Yo creo que tenemos que hacer un esfuerzo en impulsar la creación de bienes y servicios que puedan ser exportables. Y esto debe hacerse generando los estímulos necesarios para esto. Lo que mejor funciona para generar estímulos es el dinero, me parece obvio. La gente si ve un premio en metálico pues se esfuerza más. Y para generar esta economía productiva que ahora veo casi inexistente necesitamos a los más brillantes.

Nuestro magnánimo y central gobierno debiera saber quienes son esos brillantes, donde están y que hacen. Necesitamos identificar a los más inteligentes y también a los no tanto pero que estén preparados. Identificarlos para estimularlos en desarrollar tecnologías y nuevos mercados para nosotros. Identificarlos porque otros países, esos equipos con los que competimos en la arena global, si lo están haciendo.

Necesitamos también que esos brillantes nos ayuden a crear los capitales necesarios para esa producción local funcione. Y que los mecanismos para invertir, producir y exportar se conviertan en algo sin traumas y fluido.

Suena por supuesto como al tradicional modelo de desarrollo capitalista y depredador. Pues no tiene por que serlo. Creo que todo se puede explorando esquemas de propiedad social innovadoras que hagan que el capital se socialice. Que haga que los bienes productivos, los capitales productivos de este país, estén en manos de las mayorías. Que las mayorías controlen de verdad la economía del país.

Necesitamos a los brillantes liderizando cambios, liderizando investigación, desarrollo y ciencia. Necesitamos a los brillantes diseñando la economía productiva del futuro. Necesitamos a los brillantes ya trabajando en las tecnologías y tendencias del futuro. Gente pensando y trabajando como es que el autobús de la tecnología aeroespacial, la nanotecnología, la bioingeniería, la robótica, no nos va a dejar abandonados.

La foto muestra a los estudiantes Michael Kane y Fiona Lu de la Universidad George Mason en una investigación en bioingeniería.