sábado, marzo 03, 2012

Preguntas para Capriles


Henrique Capriles, candidato presidencial opositor, tendrá que enfrentarse a un contendor formidable el próximo 7 de Octubre. Y no me refiero a nuestro super poderoso presidente que domina los más gigantescos recursos suficientes para aplastar cualquier campaña en su contra y para completamente dominar el espectro comunicacional de nuestro país. Me refiero a eso que llamamos “chavismo” y que está ya grabado en la psiquis del venezolano de a pie.

El venezolano común y corriente, ese que está luchando todos los días por llevar la comida a la mesa de su casa, vota de acuerdo a lo que le interesa individualmente, primero, y como colectivo, segundo. Sus intereses individuales por supuesto dependerán de que haga ese venezolano particular en nuestra sociedad. De por ejemplo si es un empleado directo o indirecto del gobierno, si recibe algún beneficio de alguna misión, o de si el CDI o el Mercal de la esquina es algo que no quisiera perder. Pero sus intereses colectivos también son importantes. Intereses como la política que tiene el gobierno actual con respecto al capitalismo yanqui, o las alianzas con países como Cuba, Rusia o China.

Así que hay dos preguntas fundamentales que se me ocurren para el candidato Capriles.
La primera es como garantizará que la gente de este país no perderá beneficios directos como los que obtiene actualmente con las misiones, con las jubilaciones o empleos dependientes del Estado, o el acceso a la salud, a empleos o becas y cosas así. La gente tiene la impresión de que este gobierno si le hace caso a la gente y especialmente a los pobres. Hay infinidad de programas sociales que lo demuestran. Ayer no más a una amiga ciega le regaló el gobierno una lavadora y una cocina (las neveras no habían llegado), aparte de que se encargan de darle computadora, y todos los implementos que necesita un invidente, de gratis. En un barrio que conozco la junta comunal le instaló a todo el mundo tanques de agua y bombas resolviendo de una vez por todas el eterno problema que tenían con el suministro de agua. Eso es lo que ve la gente y definitivamente no lo va a querer perder. Capriles está siendo identificado por el chavismo como alguien que pudiera amenazar estos beneficios ya que en la cuarta república nada de esto parecía existir, puede que si existía, pero esa es la impresión. Y la impresión es lo que cuenta.

La segunda pregunta a responder es respecto a los intereses colectivos. Capriles está siendo calificado una y otra vez como un farsante apoyado por los mismos neoliberales que ocasionaron desastres como el del 27 de febrero del 88. Según el chavismo oficial si gana Capriles los precios se liberarán, PDVSA será de nuevo entregada al imperio yanqui y vendrá una nueva ola de privatizaciones que amenazarán la soberanía de nuestro país. Se cortará la ayuda a Cuba y seguramente muchas de las inversiones sociales que están haciendo países como Rusia o Bielorrusia estarán amenazadas. Todo esto es percibido como malo y como que amenaza nuestra soberanía.

El reto entonces es que Capriles tiene que diseñar una propuesta que suene genuina. Que no suene ni entreguista, ni neoliberal, ni falsa. Y para esto es necesario, muy necesario recurrir, en mi opinión, a la definición ideológica de un gobierno liderado por Capriles. Por supuesto que el chavismo quiere llevar la discusión al terreno ideológico y confrontar a Capriles a sabiendas que para resolver muchas distorsiones económicas actuales Capriles tendrá que aplicar medidas nada populares.

Y la pregunta de las cincuenta mil lochas que se hacen chavistas e indecisos es… ¿la revolución con Capriles continúa o  desaparece?

viernes, febrero 03, 2012

¿Derecho a no ser ofendido?

Después de trece años de "revolución" nuestro país ha experimentado muchos cambios. Algunos buenos, otros no tanto. Enumerar las cosas buenas y las cosas malas de esta revolución es algo que hacen a cada rato chavistas y opositores. Cada bando exalta lo que le conviene, y a veces lo adereza un poco para que parezca mucho más bueno de lo que es o mucho más malo de acuerdo a sus particulares conveniencias.

Pero lo que quiero comentar esta vez no es sobre los grandes logros revolucionarios o sobre las calamidades que nos han traído estos trece años. Más bien quiero destacar un artículo del reformado Código Penal venezolano que dice:


Artículo 147. Quien ofendiere de palabra o por escrito, o de cualquier otra manera irrespetare al Presidente de la República o a quien esté haciendo sus veces, será castigado con prisión de seis a treinta meses si la ofensa fuere grave, y con la mitad de ésta si fuere leve.
La pena se aumentará en una tercera parte si la ofensa se hubiere hecho públicamente.

Este artículo, legal legalísimo, de nuestro cuerpo de leyes, forma parte de esa paranoia oficialista destinada a proteger a su máximo líder, al gran iluminado que dirige los destinos nacionales. Este artículo claramente nos dice que no todos los ciudadanos de este país tenemos los mismos derechos o somos vistos de manera igual ante la ley. Pues no, el Presidente de la república debe ser tratado de una manera diferente y tiene en la legislación un artículo que lo protege contra "ofensas".

Yo no soy abogado ni mucho menos, soy solamente un ciudadano curioso. Pero para este ciudadano curioso este artículo es toda una aberración jurídica. La "no ofensa" no puede ser un derecho consagrado en ninguna ley de ningún país. Es más, ofender debe ser un derecho siempre que la ofensa no sea violenta. Y esto es porque las ideas de todos son plurales y distintas lo que hace que sea posible que en algún momento alguna idea ajena pueda ofendernos. Por ejemplo, yo creo que en la mismísima Biblia hay pasajes que considero muy ofensivos contra los gays y contra las mujeres y no por ello ando por ahí pidiendo que hagamos una ley que tache esos pasajes de las Biblias que se venden aquí. Así por el estilo.

El otro punto es que es lo que se considera "ofensivo" para el Presidente. Eso por supuesto es algo tan pero tan subjetivo que no puede castigarse a nadie por eso. Además el artículo menciona el carácter privado o público de la ofensa... el colmo pues. Esto puede usarse por cualquiera contra cualquiera, sobre todo aquí donde el deporte nacional es hablar mal del gobierno de turno.