Robots

Como a cualquier fan de la ciencia ficción siempre me ha fascinado el tema de los robots. Creo que me he leído casi todas las novelas de robots de Isaac Asimov y algunas otras más, y siempre admiré al famoso robot de Will Robinson en la famosa serie "Perdidos en el Espacio".

Y leyendo hoy una nota en BBC Mundo veo que los asiáticos consideran esto de los robots algo serio. Por todos es conocido que compañías asiáticas como la Honda y la Sony ya han lanzado al mercado modelos humanoides de robots. Ya no son los robots industriales que acostumbramos ver en las fábricas soldando autopartes o pintando o colocando botellas en cajas. Son verdaderos ingenios con algo más de inteligencia, si es que podemos llamar inteligencia a sus todavía muy limitadas capacidades. Hasta ya se está discutiendo un código de ética similar al que escribiera Asimov hace muchos años y conocido como las tres leyes de la robótica:

Un robot no puede dañar a un ser humano ni, por inactividad, permitir que un ser humano sea dañado.

Un robot debe obedecer las órdenes que le da un ser humano, a excepción de aquellas que interfieran con la primera ley.

Un robot debe proteger su propia existencia, siempre y cuando esta protección no interfiera con la segunda ley.

Y el robot que vemos en la foto de la BBC es llamado HRP-2. Es de fabricación japonesa y asombra a todos con su increíble habilidad de servir té. Lo interesante es que no responde a una especie de guión programado en el cerebro electrónico del robot sino que más bien su software responde a las necesidades de su amo que simplemente le ordena "por favor una taza de té". Todavía por supuesto es algo primitivo y experimental, pero a lo mejor este atento servidor de té es el tatarabuelo de los futuros mesoneros de restaurantes en todo el planeta. O quien quita que sea el abuelo de nuestra querida Robotina.