Este día es como un día de las madres, todos siempre concluimos en que debiera celebrarse todos los días. El Día de la Tierra de este año llega a este pequeño planeta en una época donde cada vez somos más los que tenemos conciencia de la torta que estamos poniendo. Una torta a nivel planetario.
Hay gente que necesita ver esos documentales catastróficos que pasan en televisión para empezar a pensar un poquito en los cambios que está experimentando todo nuestro medio ambiente terrestre. Hay muchos otros que ya están experimentando de manera terrible los daños que nosotros los civilizados humanos le hemos ocasionado a nuestra Tierra. La gente del antiguo Mar de Aral por ejemplo. Mar casi completamente desaparecido por errores cometidos por nosotros. Errores monumentales. Se perdieron ecosistemas gigantes, se secó un mar completamente, la forma de vida de centenares de miles de personas desapareció quizás para siempre.
Pero el Mar de Aral a nosotros los venezolanos nos suena como muy remoto. Está prácticamente del otro lado del planeta. Igual lo que sucede en el deshielo ártico, o en Groenlandia, o en la Antártida, o en los lagos suecos contaminados por lluvia ácida. Todo como muy lejos. Pero no es así. En mi lapso de vida he presenciado cambios muy importantes en nuestro país. Recuerdo por ejemplo que el lugar donde actualmente está el parador Maitana en la Autopista Regional del Centro era un bosque nublado de árboles muy altos, tal como es actualmente el parque Henri Pittier. Así era ese sitio, hoy lo vemos completamente desprovisto de ese bosque, ya no existe.
Igual pasa en los llanos venezolanos, mucha de su fauna despareció, en muchos lugares sus ríos no tienen la riqueza y diversidad de fauna acuática que lucían hace apenas treinta años. Y los Andes venezolanos ya no se cubren de nieves perpetuas como cuando yo viví en Mérida a finales de los sesenta. Ahora nuestro Pico Bolívar es una roca desnuda que se cubre de escarcha muy de cuando en cuando. Sus glaciares legendarios desaparecieron para siempre producto de un clima cada vez más seco y cálido.
Mi querida Maracay tiene el problema de un Lago de Valencia del que siempre hemos abusado, vertiendo en su cuenca aguas contaminadas, sembrando peces no autóctonos que acabaron con especies locales. Además hemos roto el equilibrio de su hoya hidrográfica y está subiendo de nivel de manera alarmante inundando tierras productivas y destruyendo propiedades. Y ni hablar de los destrozos que causan los incendios forestales en la vertiente sur del Parque Nacional Henri Pittier. Miles de hectáreas del parque han perdido su bosque y por supuesto su frágil ecosistema ha sufrido.
Problemas por doquier. Pero no todo es malo. La dinámica de las comunicaciones, el mundo moderno totalmente conectado ha hecho que cada vez seamos más conscientes. Son miles los grupos ecologistas, por millones quizás se cuentan los soldados de la Tierra, los que aman este planeta nuestro.
Nuestra Tierra después de todo es única. A lo mejor en el futuro descubriremos planetas parecidos llenos de vida extraña. Pero esta Tierra nuestra seguirá siendo fundamental para nuestra supervivencia como especie en nuestra galaxia.
2 comentarios:
Comparto la idea de que gracias al avance de las comunicaciones, cada vez hay más personas informadas acerca de la situación ecológica. Es importante que se creen leyes que estimulen el reciclaje, por ejemplo, creo que hay un proyecto donde se retomará el uso masivo de las botellas retornables. Deberían regular que los automercados empaqueten en bolsas de papel reciclado en lugar de tantas bolsas plásticas, etc.
Cuanta razon tienes.. lamentablemente. Podemos empezar por nosotros mismos e influenciar a la gente que nos rodea, no es mucho, pero es lo menos que podemos hacer.
un abrazo
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