martes, marzo 06, 2007

Ochenta

"No tuvieron que limpiarle la cara para saber que era un muerto ajeno. El pueblo tenía apenas unas veinte casas de tablas, con patios de piedras sin flores, desperdigadas en el extremo de un cabo desértico. La tierra era tan escasa, que las madres andaban siempre con el temor de que el viento se llevara a los niños, y a los muertos que les iban causando los años tenían que tirarlos en los acantilados. Pero el mar era manso y pródigo, y todos los hombres cabían en siete botes. Así que cuando se encontraron el ahogado les bastó con mirarse los unos a los otros para darse cuenta de que estaban completos."

Este corto párrafo de "El Ahogado Más Hermoso del Mundo" resume mucho del mundo que nos ha entregado el Gabo con su mágica narrativa. Los que conocemos la costa caribeña de Colombia y Venezuela hemos estado en pueblos así. Donde las madres temen que el viento se lleve a sus niños.

Son ochenta hoy. Tiempo de recordar a Remedios la bella, a Amaranta Ursula, a Melquíades, a Blacamán el bueno y a Eréndira y su abuela desalmada.

4 comentarios:

Troka dijo...

Con García M. descubrí el gusto por la lectura!

Anónimo dijo...

Hoy recordaba otras... Cronica de una muerte anunciada, La mala Hora, Relato de un naufrago, verga Relato de una naufrago es demasiado arrecho... este del ahogado aun no lo leo y mira q he leido cosas de el, el unico q nunca pude pasar fue el otoño del patriarca, segun el su mejor libro, dios le de vida para YO conocerlo jajaaaaaaaa

Anónimo dijo...

Uuumm… interesante. Saludos.

Anónimo dijo...

ayer cumplió años Maracay