Vivo en un país petrolero. Uno de los mayores productores de petróleo y gas del mundo. Y aún así no tengo gas para cocinar en mi casa. Increíble, pero es así. ¿Y cuál es la razón de que no tenga gas? Bueno, la principal es la falsa creencia de nuestros gobiernos de que al controlar el precio de un bien de esos que llaman de "primera necesidad" todo el mundo debiera estar feliz y sentirse beneficiado con esa medida.
En mi casa usamos bombonas de gas de esas de 18 kgs. El precio de cada una de esas bombonas está regulado desde hace unos cuatro años en la ridícula suma de Bs 6700 (BsF 6,70), o algo así cercano. Para completar la torta el gobierno el año pasado decidió nacionalizar la empresa que me vendía el gas y pasarla al control de PDVSA. El resultado es que no es negocio para nadie, ni siquiera para el señor del camión que solía repartir el gas por donde vivo. Por supuesto que PDVSA dice que va a resolver el problema. Que si es por culpa de la escasez de bombonas, que si van a traer plásticas, que si esto, que si lo otro. Pero si buscan en google se van a dar cuenta de que el problema tiene años. Años con ese lío del suministro del gas a las casas. Y nada que se resuelve. Ni siquiera en los casi nueve meses desde que nacionalizaron las empresas distribuidoras de gas.
Si vender gas fuera negocio seguro que fuera más caro, pero seguro también que tuviera a un montón de vendedores en mi puerta compitiendo por que yo sea su cliente. Ahora en esta Venezuela bolivariana y socialista el gas es regalado... pero no hay.
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