La de anoche fue cortesía del palo de agua. La tormenta anegó calles, causó accidentes y desbordó ríos y quebradas. Nada del otro mundo, ya estoy acostumbrado a estas calamidades naturales que rara vez superan a las que me ocasiona el gobierno.
La de esta mañana fue cortesía de unos taxistas que tuvieron la amabilidad de llevar a cabo una pacífica protesta en el sitio que se conoce como La Encrucijada. La protesta era porque a los niños no les gusta que otros taxistas, de esos que llaman piratas, les hagan la competencia. Así que decidieron informarle a los miles de automovilistas de la hora pico su molestia trancando todo y ocasionando un despelote de proporciones casi bíblicas. Hasta la periodista que informa sobre el tránsito en la radio todas las mañanas estaba atrapada en la autopista sin poder llegar al estudio.
Yo ya llegué a mi oficina, así que a tomar un poco de café y olvidar las largas horas que pasé encerrado en mi carro.
2 comentarios:
Bueno y como empezaron las clases...
aqui la isla tambien esta insoportable con el trafico...
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