domingo, octubre 22, 2006

2666

Empecé a recorrer sus páginas. Al principio algo distraído. Luego cada vez más rápido. Ahora con obsesión.

Recuerdo la muerte de Roberto. Un acontecimiento en el plano de lo biológico.

Nadie que escriba así puede morir. Roberto no murió aquel día.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Provoca retomar la lectura de 2666 (la tuve que abandonar en el tercer capítulo por exceso de trabajo, en aquellos días). Olvidarse del montón de tareas inútiles por hacer.

Lycette Scott dijo...

Ys me dieron ganas de leerlo

Anónimo dijo...

Por ahi me lo pasaron en word :-) Tarea pendiente, lo medio hojee y creo q va sobre cosas de Mexico aunq el man creo q es chileno, de seguro me va a gustar.

Anónimo dijo...

La tengo pendientisima, quiero tirarme un mini-curso decembrino de Bolanos, con Detectives Salvajes incluido.
Desde que murio ha despertado algo de culto, como le dicen, y hasta en letralia salieron las dos novelas entre las 10 mejores de la ultima década.
A no menospreciar...
Saludos.