Esta mañana leyendo el Times de Nueva York, periódico que leo a veces por aquello de leer prensa internacional, me fijé en un interesante artículo sobre los cambures, que es como llamamos aquí en Venezuela a las bananas. El autor, Dan Koeppel, parece un experto en esto de las bananas. No solamente en la parte agrícola y económica de esto de llevar cambures desde los campos hasta las mesas de los consumidores, sino también en la política que suele acompañar a estos procesos productivos masivos.
Las bananas y todo el proceso este de llevarlas a los mercados de los grandes consumidores europeos y norteamericanos al parecer corre gran riesgo por culpa de una plaga. Koeppel menciona en el artículo que esto ya ocurrió una vez y que la variedad que comieron nuestros abuelos fue sustituida en 1960 por la que conocemos actualmente, supuestamente menos sabrosa, la variedad Cavendish. Koeppel acertadamente comenta que las bananas son ya parte de la cultura estadounidense gracias a las agresivas políticas que una vez usaron los de la United Fruit para popularizarlas en un país donde no se siembra ni una sola mata de cambur. Todos los que vivimos "al sur de la frontera" conocemos estas nefastas políticas que casi rayaron en la esclavitud para muchos y que sostuvieron gobiernos asesinos por décadas en nuestros países. Las repúblicas bananeras se caracterizaron por años por tener gobiernos corruptos y asesinos que se encargaban de controlar el flujo de bananas hacia el norte para que los chicos catiritos pudieran echarle su camburcito a los corn flakes y comieran sus bananas split.
Y el riesgo de que todo esto se derrumbe viene de una plaga, un hongo para ser más precisos, al que no es inmune la variedad Cavendish que es esta que conocemos y comemos incluso acá en Venezuela. Es posible que lo que se destruya sea el flujo de bananas hacia los países industrializados, pero yo dudo que acá se paralice la producción. Como siempre nos comeremos nuestros cambures y platanos aun con defectos. Lo lamentable es que el negocio actual que creo que mantiene a miles de familias, sobre todo en Ecuador que es el más grande productor mundial de bananas, se vea afectado. ¿Cómo afectará esto a nuestros países y enclenques economías? No lo sabemos, pero según Koeppel pronto lo descubriremos.
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