Vivir en Aragua es tropezarse con la historia republicana en cada esquina que uno ve. Cada recodo del camino, cada casa, cada iglesia. Hoy en Venezuela celebramos el día de la juventud. Lo hacemos para recordar a aquellos valerosos estudiantes que sin experiencia militar alguna le salieron al paso al ejército realista el 12 de Febrero de 1814.
Parece lejana la fecha. Pero si uno presta atención todavía podemos ver y sentir lo que sucedió aquel día en La Victoria. Todavía allí, en un museo cercano, hay restos de armas y uniformes militares de esa época. Incluso hay una puerta rayada por el mismísimo Boves el Urogallo. Recorrer la ciudad de La Victoria es encontrarse con nombres que recuerdan la gesta libertadora. Hay plazas y calles con los nombres de los héroes. Y no hay estatua de Bolívar en la plaza principal, allí está el General en Jefe José Félix Ribas y Herrera. Con cierta frecuencia la gente encuentra algún sable enterrado en un patio, algún rifle de la época. Todo es historia por aquí. Hasta la familia de Ribas se la encuentra uno por estos lares, muchos de sus descendientes todavía viven en estas tierras.
Y uno no se cansa de contarles a los más jóvenes el verdadero significado de aquel día. Lo mucho que importó para la moral patriota el imprevisto triunfo del 12 de Febrero. El ejército patriota estaba en desventaja numérica, no llegaban a mil quinientos soldados que además eran jóvenes universitarios e inexpertos muchos de ellos. Los patriotas viajaron unos ochenta kilómetros a pie un par de días desde Caracas antes de la batalla para enfrentarse al ejército realista compuesto por casi el doble de soldados. La batalla comenzó muy temprano y cuentan que duró todo el día con los patriotas resistiendo valientemente en una lucha que parecía sin esperanza. La fortuna del refuerzo que trajo Vicente Campo Elías a final de la tarde torció el rumbo de la batalla. La Victoria resistiría aunque no por mucho tiempo. Pero el impacto sicológico debió haber sido alto. El mismo Bolívar emitió una proclama aquel día casi eufórico.
Faltarían muchos años para que el ejército patriota lograra la victoria definitiva. Campo Elías moriría en San Mateo apenas unas semanas después de la batalla. Ribas murió traicionado al año siguiente. Las derrotas fueron muchas durante largos meses pero al final aquel ejército salió victorioso. Los jóvenes que murieron aquel día en el valle de Aragua serían recordados siempre junto con la famosa arenga de José félix Ribas que gritó ese día en medio de la refriega: "No podemos optar entre vencer o morir, es necesario vencer".
2 comentarios:
Este post me ha gustado mucho,además de histórico está lleno de ese romanticismo histórico por luchar por aquello que queremos...
Saludos!
Me encantó este post. Hace años sentía un romanticismo patriótico que por razones harto conocidas se ha ido apagando. Estas líneas me recordaron por qué lo sentía y de alguna manera me hizo darme cuenta que aún queda algo por ahí.
Qué tiempo aquellos de verdaderos héroes...
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