Sábado de reparaciones

La costumbre es tomar los sábados para limpiar la casa o reparar algo, o trabajar en mantenimiento hogareño. Siempre que no haya alguna salida especial o algo así. Este fin no hay salida. Los jovencitos tienen varias fiestas y reuniones con amigos así que a los dueños de la casa nos toca trabajar y reparar.

Esta mañana salimos a hacer algunas compras menores. Ir a la ferretería un sábado es toda una experiencia. Pareciera como que si todo el mundo estuviera en lo mismo. Ve uno a señores comprando cosas para algún trabajo de plomería. Una pareja más allá se preocupa por lámparas. Otros están pintando o eligiendo cosas para el baño. Nosotros tenemos algunas reparaciones eléctricas y otras de plomería.

La de plomería la acabo de terminar. Confieso que me costó un mundo cambiar el flotante del tanque de agua subterráneo de la casa. Como el flotante viejo estaba vencido y no cerraba el agua que viene de la calle el tanque estaba que rebosaba. Al principio pensé que sería fácil botar un poco de agua para que el nivel bajara. Puse a llenar la lavadora, los chicos se ducharon, lavé el patio con la manguera. Y nada, el nivel apenas bajó como una cuarta. Decidí entonces hacer el trabajo submarino. De cabeza encima de la tapa del tanque me dispuse a quitar el flotante viejo, colocar teflón en el niple donde va instalado el nuevo y colocar y apretar el nuevo flotante. Suena fácil. Pero para alguien cegato como yo una tarea como esa es bien difícil. Sobre todo cuidando que la llave de tubos que uso no se me cayera al fondo del tanque, o los lentes que sería peor. Después de un forcejeo como de media hora y varios intentos por fin acabé de colocar el flotante nuevo. Se supone que ahora el nivel se mantenga normal y el tanque no rebose.

Voy a almorzar para entrarle de frente a lo eléctrico. Eso creo que va a ser más fácil. Es solo cambiar cuatro tomacorrientes que están rotos. El que no quiera enterarse como es que se rompen los tomacorrientes de una casa le sugiero se abstenga de tener hijos.