Estos días han sido algo extraños. Por un lado como en expectativa constante por unos contratos todavía no firmados y por otro lado con la presión de siempre de terminar los trabajos existentes para facturar y seguir con el eterno tema de las cobranzas. Se siente uno como frenado y esperando por un lado y acelerado y presionado por otro.
Además estos días son los previos a las vacaciones anuales. Ya los chicos están fuera del colegio y hay que buscarles que hacer. La semana que viene toca ir a Tucacas como todos los años. Primero los chicos y a media semana partiré yo.
Y lo más cumbre es que en medio de toda esta tensión extraña de trabajo no me ha dado mucho tiempo para pararle a lo que ocurre en casa. O más bien le paro a las cosas pero como sumido en un estado continuo de despiste.
Hoy me enteré por cierto que mañana hay fiesta en mi casa. Mi esposa aceptó que una prima sobrina hiciera su fiesta de cumpleaños aquí. Y yo cuando me enteré no me quedó más remedio que preguntarle a un cuñado si él sabía algo. Me dijo que si, que sabía de la fiesta desde hacía dos semanas.
Vainas que nos pasan a los despistados.
2 comentarios:
Bueno esas cosas pasan, supongo que después de tu descanso te enterarás más de las cosas de tu casa :) Un abrazo.
jajaja
Realmente te cuento que no eres único! Por aquí hay dos despistados...
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