Johann Bayer publicó en 1603 su famoso atlas del cielo "Uranometria". Durante décadas había oído hablar de este famoso atlas y de la no menos famosa "Denominación de Bayer" que asigna letras griegas a las estrellas para nombrarlas, llamando alfa a la más brillante de una constelación, beta a la siguiente y así sucesivamente, pero no fue sino hasta esta semana que pude echarle una mirada detallada a esta obra cumbre de la astronomía.
Uranometria está ahora disponible a todos los curiosos como yo. Podemos ver sus hermosas ilustraciones y también leer las tablas de las estrellas de cada constelación. Realmente vale la pena hojear sus páginas. Toda una belleza gracias al trabajo dedicado de la Linda Hall Library.
La ilustración de esta nota es la constelación del Cisne. Que por cierto podemos admirar por estos días como a las ocho de la noche, siempre que vivamos en algún sitio con buen cielo, es decir lejos de nuestras contaminadas ciudades.
3 comentarios:
Eso se vé bien interesante, definitivamente aquí aprendo algo nuevo cada día
GUAO! :)
A veces, cuando paseo con mi “Ave Migratoria” por las montañas de noche y sin luna, me sorprendo por esa grosería de luces que nos vigilan, desde lo alto.
Y aquí, en una de filósofo barato, me pongo a meditar y a pensar que somos sólo el polvo de polvo del recuerdo de una viejísima estrella. Pensar que todo eso, ese increíble espectáculo, está en el pasado, esa maravilla de astros ya no están allí pero están allí.
Es agobiante, es fascinante, y recuerdo la frase de Judie Foster en la película Contact “De no haber otra cosa allá afuera, qué desperdicio de energía”.
Todo lo mejor para ti.
PS: La astronomía está entre las cosas que me debo en la vida.
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