miércoles, mayo 17, 2006

Galaxias y virus

M82, The Hubble Heritage

Hace ya una pila de años, cuando vivía en Caracas y estudiaba en la USB tuve la oportunidad de subir al IVIC a echarle una miradita a los microscopios electrónicos que allí tenían. La visita era gracias a la invitación de un primo médico que hacía una pasantía allá y que se dedicaba a investigar la gastroenteritis infantil en la Maternidad Concepción Palacios.

Recuerdo que el día de la visita mi primo me presentó a los orgullosos operadores de los microscoios. Estos aparatos eran cuidados con celo ya que nos permitían atisbar a lo infinitamente pequeño. Pasmos por varios pasillos saludando gente. Entramos a la oficina del investigador principal que tutoreaba a mi primo y mientras nos presentábamos y conversábamos animadamente pude ver que este señor tenía colgada en una de las paredes una foto llena de extraños circulitos. Rotavirus, me explicó alguien. Lo más chiquito que podemos considerar que se considera algo vivo.

Fuímos después a donde estaba el microscopio. Allí un operador veía una pantalla verde donde se formaba una imagen que me recordaba a un paisaje lunar. Estaban viendo una muestra donde sospechaban había rotavirus. Al cabo de unos minutos el operador con una sonrisa triunfante nos señalaba al monitor donde podíamos ver claramente una pequeña esfera en el medio de ese paisaje montañoso.

Eso era un rotavirus. Paseando a sus anchas en el micromundo de una muestra de heces. Una pequeña esfera compuesta de una capa de proteína que rodea a un nucleo de ácido ribonucleico. Capaz de hacer copias de si misma y de usar células vivas de otro organismo para hacerlo. Algo vivo e increíblemente pequeño.

"A que Ud. nunca ha visto algo así", me retó el amigo operador. Mi primo y yo le contestamos rápidamente, "La verdad no. Pero hemos visto galaxias."

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Bueno, cada quien con sus pasiones, al operario le apasionaban sus cosas micros y a uds, lo macro... de eso se trata...

Cariños

romrod dijo...

si, ambos mundos son apasionantes, lo muy pequeño y lo muy grande. Los extremos se tocan y maravillan por igual a la mente humana. Saludos!

Nostalgia dijo...

la verdad, siempre me ha sorprendido esa capacidad que tienen esos microscopicos bichitos para hacer tanto daño y matar a tanta gente...será por eso que siempre odié la biología :(
me quedo con los astros, sin duda..

Unknown dijo...

Y supongo que los retovirus son los malos ?

Anónimo dijo...

La complejidad de lo desconocido es maravillosa. Y aquí, como si la naturaleza fuese un fractal interminable, lo singular se conserva a niveles macrocósmicos. Igual ocurriría con los sentimientos, diría alguno. Así que mente y corazón
Los rotavirus son tan malos, tan malos, tan malos, que le pegan a los virus más chiquitos y les roban la comida en el preescolar.

Mire dijo...

oye, de niña siempre decía que el universo no era más que el micromundo de otro cuerpo mayor.

mi hija, ahora, anda en esas reflexiones sin nunca hablarle de las mías.

me encantó, por tanto, este post.