Ayer en la tarde hice lo que miles de personas, o quizás millones, hacen los sábados. Salir a dar una vuelta en un centro comercial. El objetivo era llevar a los más chicos al cine mientras mi esposa y yo mirábamos tiendas.
El cine un sábado en la tarde, sábado de quincena además, era una locura. Creo que las multitudes ejercen un profundo efecto sobre mí. En primer lugar las rechazo, no me gustan las largas filas para comprar entradas, tampoco la que se forma para comprar cotufas, no tengo mucha paciencia para esto. Pero en segundo lugar me fascina ver el gentío como una especie de observador ajeno a todo esto. Me fijo en la gente, como va vestida, las parejitas tomadas de la mano, los viejitos tratando de entender la cartelera electrónica con los títulos de las películas. Pero dos chicos de trece años lo que tenían en mente era comprar algo para comer, lo más grande posible, y ver cualquier película.
Una vez que ellos iban ya felices con sus bandejas de comida a la entrada de la sala de cine nosotros nos dimos media vuelta y comenzamos la exploración de esta maravilla del capitalismo que llaman centro comercial.
La primera parada fue una librería. Mi hija que no entró al cine quería un libro así que la complací. Soy bueno complaciendo con libros. También con helados. Con todo lo demás no soy tan bueno, lo reconozco. Después de la librería seguimos viendo tiendas. Mi hija y mi esposa iban, ya saben, a la velocidad de mujeres viendo tiendas. Yo seguía viendo a la multitud y ocasionalmente también veía aparadores. Me fijé que nadie en este centro comercial cumplía con la recién promulgada ley para la defensa de las personas en el acceso a bienes y servicios. Ley promulgada por nuestro gran dictador de leyes el pasado mayo. Específiamente me refiero al artículo 52 que dice:
Artículo 52. En los bienes y servicios se deberá incluir el precio, así como toda tasa o impuesto que los grave y que se deba pagar.
El monto del precio deberá indicarse en moneda de curso legal, de manera clara e inequívoca y éste se expondrá a la vista del público, ya sea que se refiera a bienes o a servicios.
Ningún bien podrá ser expuesto a la venta sin que lleve marcado o impreso su precio de venta al público y la fecha en que se hizo el marcaje. El fabricante o productor debe marcar conforme a lo previsto en el presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley, la fecha de expiración del lapso durante el cual el producto es apto para el consumo. No podrán ser expuestos a la venta aquellos productos cuya fecha de expiración haya llegado a su límite.
En caso de productos de procedencia extranjera envasados en origen, deberá darse cumplimiento al marcaje de fecha de expiración, conforme a lo establecido en el presente Decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley.
Nadie en el centro comercial tenía los precios en los artículos que exhibían. Le comento esto a mi esposa y mi hija y ambas inmediatamente me cuentan experiencias donde comerciantes acostumbran hacer eso para obtener el máximo beneficio posible. Y yo no tengo ningún problema con que los comerciantes obtengan el máximo beneficio posible de sus clientes, pero la negociación, cada compra, debe estar basada en reglas claras y en un equilibrio entre las partes. Mi hija por ejemplo comentó que en la cantina de su colegio le intentaron vender una bebida que estaba marcada con BsF 2,4 a BsF 3 diciéndole que eran las "reglas del dueño". Ella no compró nada por supuesto. Le comenté sobre esta ley y sobre que todos debieran conocerla, pero parece que no es así, muy poca gente la conoce, o si la conocen pues no hacen mucho por hacerla cumplir.
Mi tarde culminó rendiéndole tributo a las ideas de los imperialistas de McDonalds. Me comí un helado de estos con chocolate Bucare producido por la gente de Chocolates El Rey. Nadie me paga por decirlo, pero el chocolate Bucare con el helado de McDonalds es todo un festín para los que nos gusta el chocolate. El Bucare es un chocolate oscuro realmente sensacional y su nombre viene de los árboles que le dan sombra a los cacaotales.
4 comentarios:
Yo particularmente soy de las que ni entra a la tienda si tienen una exhibición sin precios señalados... no sé, es como una manía, como para no sentir que estoy cayendo en una trampa caza-bobos en la que uno entra por obligación y recibe una bofetada con los exagerados precios.
Sería interesante ver la cara de 'ponche' cuando uno les recite a los que atienden el Art. 52 del INDEPABIS :p
En un pais donde ni los propios gobernantes cumplen leyes, suena absurdo esperar que alguien mas lo haga. Ese es el gato que se muerde la cola. Besos.
Aunque es un caso distinto quería comentar lo que he visto en algunos locales en centros comerciales de Caracas, donde cobran un precio "sólo en efectivo o débito", pero si pagas con tarjeta el precio es mayor. Esto a pesar de la recién promulgada ley de tarjetas que prohíbe estas prácticas.
es como dice waiting, la gente modela al líder... y si los líderes no cumplen la ley pues que queda para los comunes mortales.
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