sábado, enero 13, 2007

Regresando

Hace un rato regresé de mi viaje al occidente venezolano. Al sur del Lago de Maracaibo, para ser más preciso.

El viaje de ida lo hice por avión. Tomé el vuelo de Avior a Valera el pasado miércoles a mediodía. El avión venía casi vacío, y el corto trayecto fue sin inconvenientes de ningún tipo a pesar del clima algo nublado y lluvioso. En Valera me esperaban para trasladarme a Caja Seca por carretera. Allí llegué casi al final de la tarde, me registré en el hotel de media estrella que hay allí y descansé para iniciar mis labores al otro día.

El trabajo fue rutinario. Nos tocaba verificar conexiones y accionamientos eléctricos que solamente podían llevarse a cabo durante la noche. Trabajamos hasta media noche el jueves y completamos todas las pruebas. Mientras llovía a cántaros y la humedad del lugar hacía que se me empañaran los lentes de una manera muy molesta. El viernes hicimos pruebas finales y dejamos todo listo para la puesta en marcha de la refinería de azúcar que se supone sea en Febrero.

Esta mañana partimos muy temprano pero esta vez viajé con los otros ingenieros del proyecto en una camioneta de la compañía. El viaje fue bastante agradable ya que al estar el cielo encapotado la temperatura estaba bastante baja. Increíble llegar a Carora y disfrutar de unos veinte grados a las nueve de la mañana. Luego seguimos a Barquisimeto que lo pasamos velozmente gracias a la nueva autopista que hace que ya no sea necesario atravesar la ciudad con sus innumerables semáforos y su tráfico. Tomamos el camino de la costa a Puerto Cabello y en un viaje de unas siete horas llegamos a Aragua sin novedad.

Bueno, si hubo una pequeña novedad. En la alcabala que está en la frontera entre los estados Trujillo y Lara nos paró la Guardia Nacional. Un GN nos indicó que nos orilláramos donde nos esperaba otro GN jovencito. Este nos pidió nuestras cédulas de identidad y nos hizo solamente un par de preguntas. La primera fue que si yo era militar. Me sorprendí un poco, sonreí y le dije que no. Casi que le pregunto que por que hacía esa pregunta, pero me contuve. La segunda pregunta se la hizo a mis dos compañeros, que si alguno de los dos había estado preso alguna vez. Esa si me sorprendió de verdad. Ambos dijeron que no por lo que el guardia se volvió a mi y me dijo "Ud. seguro que no". Evidentemente por mi pinta a lo mejor sacó que tenía cara de jefe o algo así. Luego se despidió y nos dejó ir.

Bastante pintoresco el encuentro con la Guardia Nacional. Al menos nos dejaron ir sin problemas, pero luego pensé que si a alguno le faltaba la cédula o algo así seguro que nos iban a retrasar bastante.

Tomé algunas fotos, pero eso es material para otra nota.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Que folclórico tu encuentro ¿No es un país surreal?

Hombre Lobo dijo...

Mi único encuentro con un Guardia Nacional fue cuando un amigo y yo estábamos cerca de la frontera (por el lado del Zulia) y uno de ellos nos pidió que le diéramos la cola (y por supuesto no fuimos tan tontos como para negársela). En el camino, el tipo nos dijo, sin la más mínima vergüenza, que el sueldo de GN era más o menos, pero que "matraqueando uno se redondea un poquito".

Hecho en Venezuela con orgullo.

Anónimo dijo...

Q bolas, pasastes por el pueblo mas importante y el valle mas hermoso de Venezuela y ni siquiera lo reseñastes... imperdonable! de repente estabas dormido en esa parte del camino! En otro orden de ideas, como sera posible q ningun medio haya reseñado lo del cometa? al parecer el bicho es potentisimo, solo hemisferio sur no? Estoy jodido... pero Venezuela es norte, vere si cerca del atardecer se ve algo aca. Viento!

romrod dijo...

tienes razón, ese es el valle más hermoso de Venezuela, ni me imagino la cara que pusieron nuestros ancestros españoles cuando vieron la sierra en todo su esplendor.

Y los medios como siempre comiendo moscas, nadie ha reseñado al cometa. Claro acá en Venezuela ha sido muy difícil verlo por nuestra latitud y el clima que no ha ayudado mucho. Al menos lo hemos estado siguiendo de día.