Experiencias blogueriles

La Aprendiz de Maga, que creo que con toda esa magia que tiene ya lo de aprendiz lo debe haber superado, escribió hace poco sobre lo que ha sido para ella este año de experiencia escribiendo bitácoras, o blogs como los llamamos. Es un interesante recuento de como ella escribió un primer blog, de como lo usó como catarsis para una serie de eventos personales y como fué poco a poco evolucionando en la creación de un espacio para expresar libremente ese arte que ella lleva por dentro y que le ha servido para crear una pequeña comunidad de amigos, algunos virtuales y otros ya no tan virtuales sino de muy carne y huesos.

Mi experiencia blogueril de este año pasado ha sido algo parecido. Hace un poco más de un año abrí este blog que ya lleva casi cincuenta mil visitas donde me propuse simplemente a contar cosas, opinar sobre política y destacar algunos de mis gustos. En paralelo abrí otro blog donde me propuse a recoger ese montón de poemas que tengo todavía dispersos por todos lados en hojas que ya se están poniendo muy amarillas. Ambos blogs han ido evolucionando. Han ido cambiando. He ido reflejando mis estados de ánimo, y a veces, mis alegrías y mis pesares. Y al mismo tiempo he cosechado un grupo de lectores amigos con quienes a veces comparto inquietudes o con quienes discuto, me informo y me enriquezco. También algunas comunidades me han invitado a participar en bitácoras grupales en temas como el software o la discusión de soluciones para el país.

Así es esto de los blogs. Un poco de expresión libre. Algo de literatura, de gustos, de vida. Y también algo de gente de verdad, de amistades, de intercambio y de comunidades.