Dicen que el hombre es un animal de costumbre. Yo lo soy. Animal y de costumbre. Les cuento por donde viene la cosa.
Cuando era un poco más joven, y con menos canas, me asombraba de mi prodigiosa memoria. Era de los que les bastaba una simple lectura de un tema para exámen para salir con una notota sobresaliente. Pero eso ya son otros tiempos. Con el trabajo, las normales preocupaciones familiares, el estrés de la vida moderna y que se yo cuantas otras excusas, se me fué echando a perder esa prodigiosa memoria. Ahora, si no pongo cuidado corro el riesgo de olvidar citas, o las llaves del carro, o ponerme la correa del pantalón. Y para eso, al igual que muchas personas, recurro a la elaboración de detallados ritos y procedimientos cuyo único fin es que llegue sano y salvo y con mi juicio intacto al final del día.
De un tiempo para acá mi rutina por la mañana está medio trastocada. Eso suele ocurrir con cierta frecuencia. Por ejemplo, todos los que son padres saben que las rutinas de la casa en los meses de vacaciones, agosto por ejemplo, no son las mismas que las de este mes de marzo. Por aquello del colegio. Pero esta vez el quiebre de mi rutina no tiene que ver con el horario del colegio de los delincuentes juveniles que viven conmigo. Tienen que ver más con el gimnasio de mi esposa. Bueno yo accedí a que fuera ella la que llevara a los chamos en la mañana al colegio para que así llegara tempranísimo al gimnasio. Tenía bastante tiempo llevándolos yo. Ya estaba acostumbrado al corricorre y al despelote frente al colegio.
Y este pequeño detalle que hace que ahora ella guarde el carro detrás del mío para salir primero en la mañana, me tiene todo perdido. Ahora en lugar de salir a las seis y media de la mañana a toda velocidad para el colegio, me veo todo frenado y medio desocupado. Medio perdido en el espacio. Así que decidí hacer un poco de ejercicio todas las mañanas, que mucho que me hace falta jeje. También veo un poco de noticias y hago zaping por un montón de sosos programas de horóscopos, recomendaciones para el hogar y hasta los llamados infomerciales. Luego cuando me doy cuenta que es algo tarde salgo corriendo y me ducho para luego afeitarme y vestirme. Esos pequeños cambios que hacen que mis primeros minutos en las mañanas sean un poco más relajados hicieron por ejemplo que el otro día me tuviera que devolver porque no me había afeitado. La semana pasada tuve que concentrarme para descubrir que el teléfono celular todavía estaba en la mesita de noche. Y hoy me dí cuenta de que la billetera no la tenía conmigo después de casi llegar a la oficina. Lo que por supuesto hizo que perdiera como una hora en el tráfico para regresar a casa a buscarla ya que no tenia medio y debía echarle gasolina al carro.
¿Cuánto tiempo tarda uno en aprenderse una nueva rutina mañanera? Ya estoy pensando seriamente en ponerme a estudiarla para grabármela en la memoria.
13 comentarios:
A mi tambièn me pasa lo mismo, yo creo que eso es parte del "impelable calendario" que nos ataca a cierta edad, y ni te cuento de la fastidiosa presbicia que hace que uno para leer algo lo tenga que alejar de la cara (yo me burlaba de los que hacìan eso y ahora me toca a mi jeje)
Yo me cambiaba el reloj de brazo para acordarme de las cosas pero que va, ya ni eso funciona jajaja!!
Saludos cordiales :)
no me hables de la presbicia que ultimamente ando peor y retrasando la visita al oftalmólogo jejeje... ¿no será que tengo corto los brazos?
Cuidado con el alemán (1) :-P
(1)Alzheimer
es indudable que el ser humano en general le tiene miedo al cambio y por eso es que nos aferramos a las rutinas...yo confieso que soy uno que pertence a esta especie...a veces sin emabrgo me pongo a pensar de cuantas oportunidades se nos escapan de mejorar nuestra vida al aferrarnos a la rutina...saludos
precisamente en esa rutina de la vida es que a veces se nos escapa apreciar otra alternativas de vida...
..todo menos meterte con Hermes..je,je,je.
No en serio..creo que el Sr Montalvo tiene razón..la vida querido poeta se nos va sin darnos cuentas...así que a romper la rutina, a pegar brincos, a levantarse a medianoche a escribir poemas, a comer nutella de almuerzo, a jugar a ser el Power Ranger Rojo o a disfrazarse de Bob Esponja...besos
Lo peor es que a veces ni siquiera hace falta un cambio de rutina.. me ha pasado igual.. dejo el celular, el otro día deje el bolso del gym... una vez deje "la cartera" toda ella.. claro como a veces salgo con tantas cosas!! pero yo ni soñar en devolverme.. pedi plata prestada y me las arregle sin las demás cosas que cargo alli..
Bueno ROMROD, no le achaques la culpa a la "RUTINA" sabes que los anios se hacen sentir!! jejejejej
Mi querido poeta, lamento decirte que el tiempo es implacable y de alguna u otra forma nos jode y nos jode...
El ejercicio de la síntesis... la síntesis natural en lo que pensamos y queremos decir... ayer estaba hablando con un amigo de tantas cosas al mismo tiempo que nos hicimos un lio y desde fuera paracía una conversación de locos... así nos pasa con las actividades y elementos de la vida... de joven lo importante es como te queda el pantalon, aprender métodos para ligar... pavonearse, sacar buenas notas, pero cuando empieza la danza de la realidad y la hacemos en solitario... entonces hay tantas cosas, tantas cosas... incluso esos recuerdos que uno tiene que no son verdaderos, que si los miras bien hasta te los inventaste y sirven para justificar, afectos, fobias... etcétera... somos unas pobres víctimas de la evolución amigo Rom... un saludo...
Disculpe que me meta en dónde no me han llamado.
Pero usted se acuerda de aquella cancioncita que decía algo como: "El tiempo el implacable..."
Bueno, amigo, vamos pa'lla y sin boleto de retorno.
Todo lo mejor para Usted y deje el stress de un lado, respire profundo, disfrutar el momento -lo único realmente que tenemos- y sonreír. No nos queda otra.
Jajajaja bueno yo no te puedo ayudar con eso nací y crecí con memoria de pez
Uy! Yo si mo me cepillo los dientes despues de la ducha por ejemplo no lo hago luego en la mañana... se me olvida. SI no tengo todo lo que me voy a llevar a la oficina junto, se me olvida. Si las llaves por casualidad quedaron fuera de la cartera o el celular o los lentes (de la presbiscia)no habra forma ni manera de que me acuerde, por eso tengo lentes para leer en la cama, un par en mi escritorio y otro para la oficina en la cartera... Ah y si cargo más de tres cosas en la mano como la cartera, libros y una chaqueta... la cuarta la dejo pero fija... Pero no es calendario, nooo! Es que nuestro cerebro se rehúsa a estar pendiente de cosas rutinarias y sin verdadera importancia jajajaja
jajaja tenía que venir Kira con su explicación científica!!! :-D
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