lunes, noviembre 14, 2005

Protegiéndonos

Salgo temprano de mi urbanización de clase media en el mero centro del valle aragüeño. Observo como siempre la interminable hilera de casas amuralladas. Todas con rejas, muros, defensas. Las de mejor posición económica cuentan con alambres electrificados, quizás sistemas de alarmas.

La salida de la urbanización es una barrera con un guardia de seguridad que nos mira algo distraído. Más allá de la barrera está una casita donde funciona la comisaría de la policía local. Cuentan con una bicicleta para patrullar, un escritorio y un teléfono. Una patrulla a veces viene a ver cómo están.

Saco cuenta mentalmente de la gigantesca inversión en cercas, murallas, rejas para ventanas, barrotes, alarmas. La urbanización debe contar con unos cientos de casas. Son miles de millones de bolívares invertidos en seguridad. Dinero suficiente para contratar a Scotland Yard con viáticos y todo por un año para que vengan a defendernos.

¿Qué no es un claro síntoma de lo poco organizados que estamos? Preferimos gastar en seguridad privada, en rejas, muros, barrotes, herreros haciendo puertas y en alarmas en lugar de pagar impuestos a gente honesta que administre un cuerpo policial eficiente. Recuerdo urbanizaciones en los Estados Unidos donde solamente se ven los linderos entre las casas marcados con pequeñas cercas de madera pintadas de blanco.

1 comentario:

administrador dijo...

yo creo que la principal razón del semejante gasto en tanta protección privada, es que la gente realmente no se siente protegida por la policia, de hecho desde hace ya algún tiempo, he escuchado eso de "los policias son malandros uniformados" y lamenteblemente muchos ejemplos paracieran dar la razón a ese comentario.