Días agitados

A veces tengo días relajados, donde todo fluye como un río de esos grandes, lentos, de poca pendiente, siguiendo curvas y meandros, sin agitar. Pero de vez en cuando tengo semanas que parecen de esos ríos que usan para rafting. Todo pasa aceleradamente. Y hasta llego a creer que no me va a alcanzar el tiempo para todo lo que tengo que hacer. Compromisos, reuniones, cosas que entregar, diseños. De todo. Cada cosa es como una de esas piedrotas que tienen que sortear los que bajan a toda velocidad por el río. Y todo comprimido en menos horas de las que creo que debo usar.

Esta como que es una de esas semanas de agite total. Las llamadas telefónicas son a cada instante y tengo horas en que debo estar en tres sitios al mismo tiempo, lo que me obliga a llamar, cancelar, reprogramar, y meterme en más líos.

No me estreso. Lo disfruto como quien se lanza por un tobogán.

Otra llamada. De vuelta a la montaña rusa en que se ha convertido esta semana.